Benlliure, gran aficionado a la lidia, conoció al famoso torero (Córdoba, 1880 – 1955), al que le dedicó en 1907 una de sus esculturas taurinas más conocidas, La estocada de Machaquito, que evoca su monumental faena en la plaza de toros de Madrid en mayo de ese mismo año. En el pedestal incluyo una pequeña

 medalla con la efigie

del espada, que

previamente había

modelado a tamaño

natural en una placa

que, fundida en bronce,

posteriormente le

dedicaría. Tras la

muerte del diestro,

la familia encargó una copia de la placa que es la que luce actualmente en su tumba.